31 mayo 2010

ATAQUE ISRAELI a FLOTA HUMANITARIA...

La marina israelí ha abordado esta madrugada a las seis embarcaciones de la llamada Flota de la Libertad que se dirigían a la franja de Gaza transportando 10.000 toneladas de ayuda humanitaria. Al menos 10 pasajeros de la flotilla murieron durante el asalto, según fuentes oficiales israelís, aunque algunos medios regionales cifran las víctimas en 19. Hay además 60 heridos, según una televisión turca.

El Ejército hebreo confirmó que el abordaje se produjo en aguas internacionales, fuera de la jurisdicción israelí. En los barcos, que partieron el pasado 22 de mayo, viajaban cerca de 700 pasajeros, incluidos una veintena de diputados europeos, y el escritor sueco Henning Mankell. También dos activistas de la onegé Cultura, Paz y Solidaridad y un periodista valenciano que trabaja para una cadena venezolana. El convoy transportaba ayuda humanitaria, incluido material de construcción y productos de primera necesidad.

30 mayo 2010

EUROVISION 2010...

Lo más destacable, en mi opinión, del casposo festival de Eurovisión.


Si es que de tontos, los hay en todas partes.

29 mayo 2010

CURSA EL CORTE INGLES...


Mañana a cumplir el trámite. 10,934 Km. por las calles de Barcelona incluyendo la subida a Montjuich. Pisaremos el nuevo "tartan" del Estadio Olimpico, donde este verano se disputará el Europeo de Atletismo.

27 mayo 2010

VIDEO de los NIÑOS de KERRGALLO, GAMBIA...



Gracias a David Urban de Mensajeros por Gambia.

21 mayo 2010

NUEVO DISCO de FAITHLESS...





Un adelanto del nuevo disco de Faithless, "The Dance"

18 mayo 2010

LIBRO del VIAJE a GAMBIA...


Si a alguien le interesa puede adquirir el libro mediante el siguiente link:

http://www.blurb.com/books/1364516

Al entrar se pueden ver las primeras páginas. En caso de que se venda algun ejemplar, el exiguo beneficio que me reporta "Blurb" lo destinaría a los niños del poblado de Kerrgallo.

17 mayo 2010

GAMBIA VIII...

Lamin Kuyateh tocando su kora

Preparando un té

16 mayo 2010

GAMBIA VII...

Séptimo y último día

La canción “Circle of life” de la banda sonora de El Rey León nos ha despertado de un agradable sueño. Eran las siete de la mañana de la segunda jornada de los Juegos Olímpicos de Kergallo en “The Monkey´s Farm”. Nos esperaba en la mesa un delicioso bizcocho recién salido de la cocina de Pilar. El desayuno junto a la belleza del establecimiento prometían un día lleno de alegrías. Imposible empezar la mañana de mejor manera.


El piar de los pájaros amenizó la charla acerca de los preparativos de la Gymkhama que habían organizado los chicos. Una serie de pruebas a disputar hoy en el campamento y que había que acabar de desarrollar. Aparte Cris tenía que realizar las revisiones oftalmológicas a los últimos niños que quedaban de la lista.




Esta mañana acudieron también al poblado los médicos cubanos que participan en el programa de suministro de batidos.



“Durante meses gracias a la ONG MENSAJEROS X GAMBIA, de David Urban, y a los muchos turistas solidarios que se prestan a trasportarlos fueron llegando hasta aquí cientos de batidos nutricionales hiper proteicos destinados al dispensario de Buniadu que habría de ocuparse de atender las necesidades de los chicos de la aldea. Habría de ser posteriormente la implicación de los doctores de Essau quien pusiera el asunto en la mejor vía: su consulta con el Profesor Universitario y Jefe del departamento de Pediatría del Hospital Royal Victoria de Banjul, Dr. Felix Guimarais, provocó su interés por los efectos positivos que estos batidos podrían tener sobre los niños desnutridos, y la posibilidad, ciertamente interesante desde el punto de vista científico, de realizar en esa comunidad una prueba en la mejores condiciones para observar sus resultados. Y así fué como bajo su dirección y la del equipo de doctores de Essau, el 1º de Mayo comenzó a administrárseles a 20 de los niños desnutridos dos batidos diarios, a la mañana y al atardecer”. *

* Comentario extraido del blog “El Color de la Papaya”

http://elcolordelapapaya.blogspot.com/


Una vez más pude disfrutar del entusiasmo de los niños en cada una de las pruebas en las que participaban. Ya fuera en las pruebas deportivas posteriores como en los juegos.


Llegó la hora de la comida y todos pasaron a lavarse las manos, siguiendo los consejos de los médicos y del profesor Yuma acerca de las mínimas medidas de higiene.




El tiempo, pese a estar en Africa, iba transcurriendo igual y con él el fin a mi visita al poblado de Kerrgallo. Hemos compartido mesa con los médicos cubanos y pese a intentar demorar al máximo mi marcha, he tenido que despedirme de todos, sintiéndome super agradecido de los dos días vividos.




El viaje de vuelta en el ferry junto a dos médicos cubanos ha servido para recordar los momentos pasados durante esta semana en este pequeño país de Africa, Gambia. He parado en el Albert Market porque quería llevarle una caja de té a mi amigo Lamin, pero ya había cerrado su tienda y he tenido que pedirle a su compañero que se lo entregara en mi nombre. He aprovechado para realizar mis últimas compras.
La anécdota final se ha producido cuando han venido a recogerme para ir al aeropuerto. El volcán Eyjafjalla sigue haciendo de las suyas y ha provocado que el aeropuerto de Barcelona esté cerrado por unas horas y que nuestro vuelo no salga. Nos han trasladado al hotel Sheraton, donde he podido compartir unas horas de espera con un grupo de turistas españoles, algunos de ellos habían estado toda la semana en el hotel en régimen de “todo incluido”. He tenido que soportar frases del tipo

- Y os habeis fijado que bien arregladas llevan las chicas la manicura y las uñas de los pies?

- El desayuno en el restaurante del hotel no era muy variado

Y es que hay tantas maneras de viajar y vivir las cosas como de personas.

15 mayo 2010

GAMBIA VI...

Sexto día

Me quedaban todavía dos días por delante. En Barcelona cuando estaba preparando mi viaje había programado este día como jornada de relax después de saber que habría estado la noche anterior durmiendo fuera y viajando. Pero una vez situado lo que menos me apetecía era quedarme tirado todo el día en la piscina del hotel, así que busqué una muda, repelente de mosquitos y un cepillo de dientes y me fui a Banjul para tomar el ferry y visitar la otra orilla del río Gambia. Al llegar al puerto me encontré con las puertas de entrada a la terminal cerradas. Un tipo en la puerta controlaba la entrada y salida y solo accedía alguna persona. Los conductores y pasajeros de una larga cola de vehículos esperaban pacientemente afuera. Puse cara de pena, en plan –perdona pero es que no soy de aquí y no se muy bien como funciona esto- y el personaje en cuestión lo entendió perfectamente y me dejo pasar dándome un leve empujón en la espalda con una mirada circunstancial tipo –anda chaval, que no sabes donde te metes-.




El ferry que estaba atracado acababa de llegar y empezaron a salir coches, camiones y personas al unísono. Pero nadie tenía cara de preocupación o agobio. Descendió también un grupo de estudiantes uniformados riendo y gritando.


Junto al ferry había los mismos cayucos que había tenido oportunidad de ver días anteriores. Esta vez pude disfrutar el espectáculo de la descarga de todo un rebaño de ovejas y cabras. Las soltaban por la borda y las dejaban caer al mar, estas balando salían rápidamente hacia la orilla y allí se reunían con el resto.

Creo que tan solo algún cabrito –quizás de ahí venga el nombre- se resistía a salir solo del agua y lo tenían que cargar a hombros hasta la orilla. Parece ser que los cabritos y el agua no se llevan muy bien.




Más tarde he comprobado que me había colado gracias al de la puerta y a mi desconocimiento porque yo ya estaba a bordo del ferry cuando se han abierto las puertas de una sala y una marabunta humana ha empezado a venir hacia el barco. Un espectáculo de colores.

- Al abordaje!!!!



Al llegar a Barra un yellow taxi, el más destartalado y cutre de todos los que tomado estos días, me ha llevado hasta “The Monkey´s Farm”. Durante el trayecto en cuanto el taxista veía una línea recta apagaba el contacto del motor y se deslizaba por pura inercia hasta el inicio de la siguiente curva, donde volvía arrancar a golpe de embrague y seguía tan campante.




Desde Barcelona había enviado un e-mail al hotel comentándoles que quizás me acercaría a visitarles este día pero al llamar ante la puerta cerrada se sorprendieron de mi llegada. No me esperaban. Me recibió Pilar muy amablemente y me comentó que su marido Gustavo estaba en el poblado con la gente de la ONG “Mensajeros por Gambia” y que si quería me podía acercar con su coche. Pilar y Gustavo son una pareja española con tres hijos que viven desde hace bastantes años en Africa. Primero en Tunez y ahora en Gambia. Como exponen en su página web, The Monkey´s farm Hotel es una residencia rural confortable, propiedad de la família española que la dirige, adaptada para viajeros y turistas que visitan Gambia, este pequeño país del Africa Occidental en busca de un conocimiento de la realidad de sus tierras y sus gentes, en un marco incomparable de paz y belleza” Y realmente así es. El alojamiento respira pura paz y tranquilidad.

Lo que me encontré en el poblado nada más llegar me dejó impresionado. Un montón de niños vestidos con equipaciones deportivas azules del equipo Union FC de la serie de televisión pelotas, gentileza de la productora “El Terrat”. Estaban todos sentados en los pupitres de madera bajo la sombra de un enorme árbol. Me recordó un pasaje del libro “Ébano” de Ryszard Kapuscinski:


A lo mejor, en tiempos, crecían aquí muchos árboles, un bosque entero, pero se los taló y quemó y sólo ha quedado este único mango. Todo el mundo de los alrededores se ha preocupado por salvarle la vida, sabiendo cuán importante era. Es que en torno a cada uno de estos árboles solitarios hay una aldea. En realidad, al divisar desde lejos un mango de estos, podemos tranquilamente dirigirnos hacia él, sabiendo que allí encontraremos gente, un poco de agua, e incluso, tal vez algo de comer. Esas personas han salvado el árbol, porque sin él no podrían vivir: bajo el sol africano, para existir, el hombre necesita sombra, y el árbol es su único depositario y administrador.




Si en la aldea hay un maestro, el espacio bajo el árbol sirve como aula escolar. Por la mañana acuden allí los niños de todo el poblado. No existen cursos ni límites de edad: viene quien quiere. La señorita o el señor maestro clavan en el tronco el alfabeto impreso en una hoja de papel. Señalan con una vara las letras, que los niños miran y repiten. Están obligados a aprendérselas de memoria: no tienen con qué ni sobre qué escribir.”


El poblado era un estadio improvisado para celebrar los “Primeros Juegos Olímpicos de Kergallo”. Bajo la desinteresada organización de los valencianos Lauri, Cris y David de “Mensajeros por Gambia” y la pareja madrileña de recién casados –en viaje de luna de miel- Silvia y Angel, los chavales disputaron diversas pruebas atléticas.

Se formaron tres grupos y competían entre ellos. Las caras de alegría, asombro, entusiasmo, felicidad…seguiría escribiendo cientos de adjetivos para poder expresar como se sentían aquellos chavales. Yo era un mero espectador que disfrutaba tanto como ellos al ver sus sonrisas y me contagiaban con su energía.



Compartí mesa, un delicioso cus-cus con pollo en compañía de los compatriotas y del profesor Yuma Njai.


Por la tarde decidimos ir a bañarnos al río. Yo había traído lo imprescindible para pasar una noche fuera y el traje de baño no formaba parte de la lista. Así que tocó bañarse en “gayumbos” en las cálidas aguas del afluente y disfrutar del idílico paraje.


De vuelta al campamento –Cris tenía que acabar de hacer su revisión oftalmológica a un puñado de niños- tuve la oportunidad de conducir por Gambia. Un Patrol destartalado, nada que ver con los miles de vehículos nuevos que había tenido que probar en mi época en Nissan, pero que cumplía su función a la perfección. Mi conducción deportiva no fue del agrado del resto de los pasajeros. Iban saltando en sus asientos porque tuve la capacidad de enganchar todos los agujeros posibles. Algún gritito de susto, que no de alegría, en la parte trasera del todoterreno me hizo recapacitar acerca de mi “pilotaje” y el viaje de vuelta fue más placentero y relajado. Tan solo hubo un pequeño frenazo antes de entrar en una curva a izquierda para evitar un socavón.

Aparte de la organización de los juegos, Cristina Gomez, optometrista de la Fundación Oftalmológica del Mediterraneo, realizó una muy necesaria revisón de la vista de todos los chavales, y los miembros de la casa del profesor.


Distribuidos en las tres jornadas y en una improvisada consulta en una de las aulas, Cris ha hecho un extraordinario trabajo de forma totalmente desinteresada.



La cena y su posterior tertulia me confirmaron lo acertada que había sido mi decisión de venir a pasar la noche a este lugar.

14 mayo 2010

GAMBIA V...

Quinto día

Me he despertado con el alba y he visto amanecer frente a mi cama.


Después he subido al pueblo porque quería ver como es la vida a primera hora de la mañana.

Había niños por todas partes acarreando cubos y palanganas y dirigiéndose hacia los pozos repartidos por el poblado.

Cada niño es responsable de su propio recipiente y la vida gira alrededor de los pozos. Ahora son los niños más tarde serán las mujeres. Los cubos que ahora utilizan para asearse más tarde servirán para lavar la ropa.

He saludado por el camino a Sheriffo, un experto en aves que se ha ofrecido para dar un paseo por los alrededores más tarde y avistar pájaros. Ayer estuvimos hablando al respecto y aunque a mi las aves no me apasionan, me pareció una buena oportunidad para verlas con la compañía de un entendido. He conocido a su família. Estaban todos sentados alrededor de una bandeja y comiendo “cous-cous” con las manos. Era una pasta lechosa hecha de sémola. Me ha invitado a compartir su almuerzo africano. Nos citamos para después del desayuno.


Con un zumo de baobab y unos panecillos recién hechos en el estómago fui a encontrarme con Sheriffo. Llevaba colgados sus prismáticos al cuello y una guía de aves del Africa Occidental no se soltaba de su mano. Parecía un apéndice del brazo. Desde el primer momento en que le ví en el resort nunca se desprendió de su guía.

Primero nos acercamos a una charca donde me aseguró que había cocodrilos pero deberían estar escondidos en los agujeros y nos quedamos con las ganas de verlos. El paseo nos llevó hasta el río y pudimos observar todo tipo de aves.

Incluso una familia de monos saltando por las ramas de un mango. En cuanto avistaba un pájaro paraba, miraba hacía él, lo señalaba y decía

- Yellow-billed Shrike

Y buscaba en su guía la página donde aparecía la ficha y me la señalaba

- Spur-winged Lapwing

Más de lo mismo. Echaba mano a su libro y allí aparecía. Estaba encantado con su trabajo. De vuelta pasamos por su casa y me enseñó la nueva vivienda que acababa de construir. Tres habitaciones cubiertas por un techo de palmera. Teniendo en cuenta que no había ni luz, ni agua ni, evidentemente, gas en las casas, me pareció que Sheriffo estaba muy orgulloso de su nuevo hogar. Me comentó que tenía un hijo viviendo en Copenhagen y me pregunté como sería la vida de aquel chaval. Que contrastes cada vez que volvía a su casa.


Volví al lodge para recoger mi mochila y preparar la vuelta. Un espejo me mostró que pese a haber dormido vestido no tenía tan mal aspecto. El hecho de que la cama solo dispusiera de una mosquitera y no tuviera sábanas no me impidió dormir como un ángel. Un angelito con papel de water en los oidos. El silencio en la noche era aparente, los sonidos naturales del movimiento del agua en los manglares y los ruidos de los animales de la aldea en cuanto me estiré me sugirieron proteger mis oidos.

Pregunté a Eboudé a que hora llegaba la furgo y me comentó que entre las once y la una del mediodía. Pero que no me preocupara que ya la oiríamos llegar. Nos quedamos hablando un buen rato en la terracita, intentando explicar que era Cataluña, comentando la exportación de los esclavos, la ocupación de las colonias inglesas y francesas, la distribución de la riqueza. Estuvimos a punto de arreglar el mundo y quedamos en que al menos, aprovechandonos de las nuevas tecnologías, le haría llegar alguna foto via mail.

El árbol-parada del autobús estaba ya ocupado por algún pasajero, sentado a la sombra resguardándose del calor de la mañana. Algunos niños lo sofocaban bañándose en el río, ajenos a los demás, y sin supervisión alguna de adultos.



A lo lejos el sonido inconfundible de un claxon. Apareció la van dando saltos con “Yellow-man” al frente agitando los brazos y saludando. Me dedicó una sonrisa al verme y puso cara de sorpresa.

- Hi yellow!!!

- Hi man. How are you?

Esta vez se repitió la espera y la bronca. La primera porque tenía que llegar una barca con pasajeros que venían de la otra orilla del río, de otra población. Y la segunda porque una mujer que cargaba con su hijito a la espalda empezó a discutir acaloradamente con otra que le exigía su asiento porque según esta lo tenía ya reservado. La discusión se animó hasta tal punto que acabaron pegándose. Quince negros dentro de una furgoneta intentando separar a dos mujeres histéricas estirándose del pelo.

Brutal !!!

El colega de Yellow me miró, sonrió y puso cara de circunstancias.El viaje lo realizamos sin más sobresaltos.

Pese a los dos incidentes antes de partir, nuna he tenido sensación de inseguridad a lo largo de la semana. Son gente muy tranquila y pacífica. Al llegar a Brikama cuatro jóvenes asaltaron a cada uno de los pasajeros que ibamos bajando para ofrecerles otra furgo con la que seguir camino. Estaba todavía a mitad de camino. Así que una vez adaptado a este transporte decidí seguir a un jóven para que me indicara que vehículo iba a Serekunda. Me llevó hasta él y se ganó cinco dalasis de propina por parte del conductor. Durante el trayecto subían y bajaban pasajeros. Uno de ellos llevaba una olla cubierta por un trapo que desprendía un fuerte olor a requesón. Tuvimos ambientador natural para el resto del viaje.

En Serekunda aproveché para comer un poco de fruta en el mercado y llamar la atención de las vendedoras. Nunca me había sentido tan observado por comer una manzana. Ni que fuera Adán.