10 mayo 2010

GAMBIA I...

Llegada y primer día

Aterrizar en Banjul es encontrarse con la realidad del país que voy a visitar. Desde el avión, al sobrevolar la ciudad apenas se distinguían luces. Unas cuantas casas iluminadas y los faros de los coches.
Recojo sin prisa mi bolsa y me dirijo a la salida donde un guía me esperaba con el típico cartel del "touroperador". Me tacha de la lista y al momento, un personaje me arranca literalmente la bolsa de la mano y recorre los 50m. que nos separan desde la recepción de llegada al autobús. Deja mi equipaje y me pide una propina. Le digo que acabo de llegar y que no he cambiado todavía dinero. Me comenta que "no problem, euros, euros". Iluso de mi. Considero que llevar mi bolsa con ruedas 50 metros no es como para darle 1€ de propina y me hago el loco, le digo "no money". Me monta un pequeño pollo pero salgo airoso del primer contacto con la realidad Gambiana.
En el autocar tres españolitos más. Una pareja tipo "todo-incluido" y un chico copia exacta de Rosendo que andaba viajando solo y tenía el estómago revuelto por los nervios, según dijo.
El guía en el bus nos dio la típica charla de bienvenida y los cuatro apuntes aprendidos de memoria sobre Gambia. Nos citó a la mañana siguiente para continuar con la explicación y ofrecernos "maravillosas excursiones" a realizar durante nuestra estancia. Decline amablemente su invitación y le dije que se podía ahorrar la visita a mi hotel porque no tenía intención de contratar ninguna excursión, que yo quería viajar por libre.
Que borde les debo parecer. Pensé.
A la mañana siguiente salí del hotel, sencillito por cierto, después de un desayuno en el que el camarero me comentó que no tenía agua embotellada. Así que café solo y una "omelette".
A unos 200metros del hotel topé con un chiringuito en el que podías encontrar desde agua embotellada a pilas pasando por jabón para la ropa y chiclés. El local ideal para cambiar mis euros por dalasis. Así que eso hize. Y a un cambio de 37 dalasis por euro. Botella de agua aparte.


Vuelvo al hotel para organizarme la mochila y repartir el fajo de billetes que me han dado. Al salir de nuevo del hotel cuatro voces me chillan al unísono.
- Taxi, taxi !!
- Hello, how are you?
Me hago el loco porque en principio quería ver que opciones tengo para moverme. Se me acerca un armario ropero de tres puertas vestido con una camisa amarilla y con una tarjeta prendida en su solapa.
- I´m the controller
Es el responsable de los taxis verdes para turistas de la zona. Me comenta que sabe perfectamente que llegué ayer por la noche y me pregunta adonde me dirijo. Me ofrece el servicio de taxis y me comunica que el vela por mi seguridad porque conoce a cada uno de ellos. Me enseña un tablón de madera con un listado de los destinos de pueblos y ciudades y sus correspondientes precios. Son tarifas fijadas por el gremio de taxistas. Una fortuna cada carrera, me parece muy caro. Pero finalmente decido coger un "green-taxi" y ya veré como funciona el tema ( los "green-taxi" o taxis para turistas acostumbran a ser Mercedes antiguos pero no tan destartalados como el resto de los coches en los que voy a subir ). El chofer se va en dirección contraria y unos metros más adelante se baja y sube un joven "rasta". El será mi chofer y mi sombra. Será mi angel de la guarda. Me dirijo a Serekunda para visitar el mercado. Ya es sabida mi pasión por los mercados allá donde vaya. Pero mi primer mercado del Africa negra me deja absorto.
La mezcla de colores y olores me satura. Hasta el punto de que no saco ni la cámara de mi mochila, no hago una solo foto. Me dedico a pasear entre los puestos de las mujeres vestidas con los estampados más coloridos y chillones que haya visto jamás. Sentadas en el suelo venden desde unas piezas de fruta a unos manojos de hierba, pescados, mangos, tomates, pimientos, bisutería...


Hay algun pescado que deduzco que lo es por su forma, ya que las moscas que están encima me impiden confirmarlo. Hay zonas en la que los olores son nauseabundos, especialmente la carniceria. No hay una sola nevera en toda la zona y consigo permanecer allí un par de minutos, ya que se me empieza a revolver el estómago. También las zonas donde venden una especie de pescado ahumado desprenden un olor que me acompañará durante todo el viaje. Al final hasta me resultaba familiar. El pescado es - o era hasta que apareció el turismo- su principal fuente de ingresos.
Sigo paseando por el resto del mercado. Chiclets sueltos, bolsas de plástico, pasta dentífrica, arroz, sémola, y más pescado, pescado por todas partes. El mercado es enorme y me paso unas dos horas en él.
Vuelvo al taxi que me espera de forma incondicional. Para ellos hoy soy su máquinita de hacer dinero. Le pido que me lleve a Bakau donde quiero ver otro mercado y un embarcadero que menciona la "Lonely Planet". Le pido a mi guardián Alex, que me lleve hasta allí , le pago la carrera y le suplico que me deje solo, que ya volveré al hotel por la tarde con cualquier otro medio.
El mercado no tiene nada interesante, sobretodo viniendo del de Serekunda. Me dirijo al embarcadero y más de lo mismo. Está claro que la "Lonely" tenía que llenar páginas para poder hacer la guía. Como ya era la hora de comer busco un restaurante "recomendado" y esta vez sí !
Relax total !!!
El "Sunshine Bar" resulta ser un lugar ideal para la desconexión total. Playa, palmeras, música reggae. Estoy estirado contemplando las nubes cuando se me acerca un tipo y me dice.
- Hola, español?
Joder! ahora este.
Resultó ser un tipo interesante. Arquitecto jubilado de Valencia. De residencia el mundo global, viajando de un lugar a otro sin prisa pero sin pausa. Pasamos un rato bien agradable charlando y por lo que pude deducir, un hombre montado en el dolar que tenía "business" por medio mundo.
Me despedí de él y me dispuse a negociar de verdad mi primer yellow-taxi. El taxi local que se comparte cuando los pasajeros van hacia la misma zona.
Quería ir a Tanji. Negocio un precio de algo más de la mitad de lo que cobraban los green taxi - sabía la tarifa - y Abdhul, el chofer me llevo hacia el pueblo.
Para arrancar el coche como no disponía de llave, tenía que hacer el típico puente juntando los cables. Esto cada vez que paraba y tenía que volver a arrancar. El parabrisas iba rajado en la mitad y cuatro pegatinas para evitar que se rompiese del todo, limitaban la visibilidad. Las ventanillas no subian ni bajaban porque no había maneta. El motor hacía un ruido sospechoso, por nombrarlo de alguna manera, pero finalmente llegamos a Tanji.
Genial !!!!
Es un pueblo de pescadores. Las barcas tipo cayucos, llegan al atardecer y se desarrolla en la arena una liturgia que no acabé de comprender del todo. Primero descargan el pescado de las barcas mediante palanganas repletas de pescado y cargadas en la cabeza que vuelcan sobre unas carretillas en la arena.
Allí empiezan a discutir el precio y se reparten en las carretillas. Más allá hay mujeres limpiando pescado, otras ahumandolo, cantidades enormes de pescado. Y ese olor, el inconfundible olor a pescado ahumado.

A la vuelta Abdhul ha parado a una chica en la carretera para compartir el taxi. Resultó ser de Cap Vert, Senegal y tras una conversación surrealista
- Te gusta ella?
- Te gusta él?
- Creo que le gustas
En plan mercadeo. Abdhul quedó en llamarla porque según él quería ayudarla ya que el tenía un alojamiento que le podía ofrecer y a ella le interesó. Se intercambiaron los teléfonos y Abdhul se pasó el resto del viaje, una vez dejamos a la chica, Dinah, insistiendo en que la llamara para quedar con ella. Le dije que la llamara él que parecía que tenía más interés que yo en quedar con ella.
Al llegar al hotel me vino el armario ropero, Mister Controller, para decirme que como había dejado a mi angel de la guarda?. Que él no se podía hacer responsable de lo que me pasara si cogía otros taxis y bla, bla, bla...
Salí a cenar y tropezé de nuevo con Alex, mi "angel de la guarda-taxista" de la mañana, que se ofreció a acompañarme y ofrecerme su servicio como chófer para el día siguiente, ya que ahora yo era su amigo. Tuve que ser muy cortés y decirle que me lo pensaría.

1 comentario:

La Esterri dijo...

Per fi el teu relat del viatge!! ople, m'encanta com escrius. Volem saber més!!!